El vendedor de globos

Una vez había una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente había dejado sus trabajos y ocupaciones de cada día para reunirse en la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestitos de venta de cuanta cosa linda una pudiera imaginarse.

Los niños eran quienes gozaban con aquellos festejos populares. Había venido de lejos todo un circo, con payasos y equilibristas, con animales amaestrados y domadores que les hacían hacer pruebas y cabriolas. También se habían acercado hasta el pueblo toda clase de vendedores, que ofrecían golosinas, alimentos y juguetes para que los chicos gastaran allí los pesos que sus padres o padrinos les habían regalado con objeto de sus cumpleaños, o pagándoles trabajitos extras.

Entre todas estas personas había un vendedor de globos. Los tenía de todos los colores y formas. Había algunos que se distinguían por su tamaño. Otros eran bonitos porque imitaban a algún animal conocido, o extraño. Grandes, chicos, vistosos o raros, todos los globos eran originales y ninguno se parecía al otro. Sin embargo, eran pocas las personas que se acercaban a mirarlos, y menos aún los que pedían para comprar algunos.

La receta de la felicidad

1 Kilogramo de recuerdos infantiles.

2 Tazas de sonrisas.

2.5 Kilogramos de esperanzas.

100 Gramos de ternura.

5 Latas de cariño.

40 Paquetes de alegría.

1 Pizca de locura.

8 Kilogramos de amor.

5 Kilogramos de paciencia.

MODO DE PREPARACION:

El Señor sabe lo que necesitas

Un monje de los tiempos pasados dijo: “Necesito aceite” así que plantó un renuevo.

Oró y en su oración pidió: “Señor para que sus tiernas raíces puedan nutrirse y desarrollarse, necesitan lluvia. Envía lloviznas apacibles.” Y el Señor envió lluvia.

“Señor”, oró el monje, ¨mi olivo necesita sol. Te ruego que lo envíes¨. Y el sol resplandeció y doró las nubes goteantes.

Ser rico y poderoso no es la felicidad

¿Qué pensarías de un hombre que lo tiene todo: Inteligencia, dinero, diversión, poder...? Tal vez muchas personas digamos: ¿Y qué más se puede pedir en este mundo? Sin embargo, es curioso que en realidad tuvo todo lo anterior, escribiera: "Nunca me negué ningún deseo, ni jamás me negué una diversión... después consideré lo que tenía y el esfuerzo que me había costado conseguirlo, y me di cuenta de que nada valía la pena y de que nada de esto es provechoso en este mundo". El hombre que lo tiene "todo" es realmente pobre en ciertos aspectos: Nunca sabrás que se siente tener esperanzas, nutrir el alma con un sueño de algo mejor, ni tampoco conocerá la experiencia de recibir de alguien que lo ama lo que siempre había deseado y no tenía.

En busca de la felicidad

En una fábrica había un grupo de operarios que eran infelices. Su sueldo era bueno, sus horas de trabajo eran las adecuadas, las condiciones de trabajo eran excelentes. Estos operarios admitían todo eso; no obstante su descontento era marcado. La gerencia estaba perpleja y preocupada. Finalmente, se llamó a un psicólogo industrial. El profesional estudió la situación y descubrió que el problema estaba en los zapatos de los trabajadores. Los operarios tenían que estar de pie por largos períodos de tiempo y sus pies y piernas quedaban extremadamente cansados porque sus zapatos no eran los adecuados para ese tipo de esfuerzo. La fatiga que comenzaba en sus pies se desparramaba por los nervios. Y así cualquier dificultad, por pequeña que sea, se transformaba en un problema serio. La empresa mandó a hacer zapatos especiales y el descontento desapareció.

El florero

El maestro y el guardián dividían la administración de un monasterio. Cierto día, el guardián murió y fue preciso substituirlo. El maestro reunió a todos los discípulos para escoger quien tendría la honra de trabajar directamente a su lado.

— Voy a presentarles un problema – dice el maestro- y aquel que lo resuelva primero, Será el nuevo guardián del templo.

Terminado su corto discurso, coloco un banquito en el centro de la sala. Encima estaba un florero de porcelana carísimo, con una hermosa rosa roja que lo decoraba.

— Este es el problema dice el maestro.

Un minuto

Un minuto sirve para sonreír: sonreír para el otro, para ti y para la vida. Un minuto sirve para ver el camino, admirar una flor, sentir el perfume de la flor, sentir el césped mojado, percibir la transparencia del agua. Se requiere apenas de un minuto para evaluar la inmensidad del infinito,aunque sin poder entenderlo. Un minuto apenas para escuchar el canto de los pájaros.

Un minuto sirve para oír el silencio, o comenzar una canción. Es en un minuto en que uno dice el “sí” o el “no” que cambiará toda su vida. Un minuto para un apretón de manos y conquistar un nuevo amigo.

Un minuto para sentir la responsabilidad pesar en los hombros, la tristeza de la derrota, la amargura de la incertidumbre, el hielo de la soledad, la ansiedad de la espera, la marca de la decepción, la alegría de la victoria…

El verdadero amor

Un famoso maestro se encontró frente a un grupo de jóvenes que estaban en contra del matrimonio.
Los muchachos argumentaban que el romanticismo constituye el verdadero sustento de las parejas y que es preferible acabar con la relación cuando este se apaga, en lugar de entrar a la hueca monotonía del matrimonio.

El maestro les dijo que respetaba su opinión, pero les relató lo siguiente...

Mis padres vivieron 55 años casados. Una mañana mi mamá bajaba las escaleras para prepararle a papá el desayuno y sufrió un infarto. Cayó. Mi padre la alcanzó, la levantó como pudo y casi a rastras la subió a la camioneta. A toda velocidad, rebasando, sin respetar los altos, condujo hasta el hospital... Cuando llegó, por desgracia, ya había fallecido.

Durante el sepelio, mi padre no habló, su mirada estaba perdida. Casi no lloró. Esa noche sus hijos nos reunimos con él. En un ambiente de dolor y nostalgia recordamos hermosas anécdotas.
El pidió a mi hermano teólogo que le dijera dónde estaría mamá en ese momento. Mi hermano comenzó a hablar de la vida después de la muerte, conjeturó cómo y dónde estaría ella. Mi padre escuchaba con gran atención. De pronto pidió: "llévenme al cementerio".

Dar y recibir

Un profesional desempleado despertó una mañana y revisó su bolsillo. Todo lo que le quedaba eran $ 2000.- Decidió utilizarlos para comprar comida y esperar así la hora de morir, ya que era demasiado orgulloso como para pedir limosna.

Estaba tan frustrado por no encontrar empleo y no tenía a nadie disponible para ayudarle.

Compró su comida y en cuanto se sentó a comer, un anciano y dos pequeños niños se le acercaron y le pidieron que les diera comida, ya que no habían comido en casi una semana.

El profesional los miró. Estaban tan flacos que se les notaban los huesos. Sus ojos se les habían hundido. Con el último pedazo de compasión que le quedaba, les dio su comida.

El anciano y los niños oraron para que Dios le diera bendiciones y prosperidad, y le dieron una moneda muy antigua. El joven profesionista les dijo "ustedes necesitan esa oración más que yo".

Cuando se acaba una relación

Es más fácil que una persona tenga éxito después de la ruptura emocional si cuenta con un pasado en el que ha sido eficiente y productiva. Debes rescatar todas aquellas referencias que te recuerden tu independencia, tus triunfos y tus propios logros.

Ahora bien, si pasaste de la casa de tus padres a la de tu ex pareja y no tienes ninguna experiencia laboral, nunca es tarde para iniciar algo nuevo, hacer cosas diferentes, para unirse a grupos y crear nuevas amistades.

Recuerda que las crisis son oportunidades para el cambio.

Le habían enseñado a pensar

Sir Ernest Rutherford, presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nóbel de Química en 1908 contaba la siguiente anécdota:

Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de física, pese a que éste afirmaba con insistencia que su respuesta era absolutamente cierta. Profesor y estudiante acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo. Leí la pregunta del examen y decía: demuestre cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro.

El estudiante había respondido: lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga. Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio.

El amor a su tiempo

Si tu te encuentras enamorado de una persona que no está enamorada de ti... no te reproches a ti mismo. No hay nada de malo contigo, sino que el amor no eligió descansar en el corazón de la otra persona.

Si encuentras a alguien que está enamorado de ti, y tu no lo amas, siéntete honrado de que al amor vino y tocó a su puerta, pero dulcemente rechaza el regalo que no puedes devolver. Si tu te enamoras de alguien y esta persona se enamora de ti también, y el amor elige irse, no intentes reclamarlo o culparlo. Déjalo ir. Hay una razón y un significado. Tú lo sabrás a su tiempo.

Recuerda que tu no eliges al amor. El amor te elige a ti. Todo lo que puedes hacer realmente es aceptarlo, por todo su misterio, cuando entra a tu vida. Siente como él te llena hasta derramarse y entonces encuentra la manera de compartirlo.

Suelta las estacas

“Si hiciéramos todo lo que somos capaces de hacer, quedaríamos realmente sorprendidos”. Thomas A. Edison

Recientemente estuve en una empresa prestigiosa donde compartí acerca del cambio, entendiendo los tiempos que vivimos para poder ser mas efectivos en nuestros negocios. Igual es un tema que se puede adaptarse a la vida ya que si no entiendes el cambio tu tendencia será quedarte atrás. El cambio es una constante y lo único que no cambiará es la Palabra de Dios, en ella encontramos principios para vivir en cualquier época o cultura. Lo que debo buscar es como adaptar los principios a los tiempos que vivimos.

Los cambios se están dando constantemente y si yo quiero crecer, si yo quiero vivir debo estar dispuesto a cambiar. ¿Qué cosas debo cambiar? Muchas personas están enfrentando problemas en su matrimonio, en sus finanzas, en sus empleos, en su carrera y no saben como hacer, a mi manera de ver ellos están teniendo estacas que no les permiten avanzar. Las estacas pueden ser barreras mentales con las cuales crecemos.

¿Cuáles estacas te mantienen en el suelo que no te permiten ir tras tus sueños?

La belleza del saludo

Cuenta una historia que un hombre trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega.

Un día, terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo; se cerró la puerta con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador. Golpeó fuertemente la puerta y empezó a gritar, pero nadie lo escuchaba.

La mayoría de los trabajadores se habían retirado ya a sus casas, y era casi imposible escucharlo por el grosor que tenía esa puerta.

Llevaba cinco horas en el refrigerador al borde de la muerte.

De repente se abrió la puerta.

El árbol de los problemas

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar mi vieja granja, acababa de finalizar su primer día de trabajo muy duro. Su cortadora eléctrica se había dañado y le había hecho perder una hora de su trabajo y ahora su antiguo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio Una vez que llegamos, me invitó a conocer a su familia.

Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos.

Al entrar en su casa, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara sonreía plenamente. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el auto.

Las cuatro velas

Cuatro Velas se estaban consumiendo lentamente

El ambiente estaba tan silencioso que se podía oír el diálogo entre ellas.

La primera dijo:

— ¡Yo Soy la Paz! A pesar de mi Luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.

Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.

La segunda dijo:

— ¡Yo me llamo Fe! Infelizmente soy superflua para las personas, porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome.

El ciego

Había un ciego sentado en la vereda, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:

«Ten compasión, estoy ciego»

Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito.

El roble triste

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: No sabía quién era.

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano:

— Si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ves qué fácil es?

— No lo escuches, exigía el rosal, es más sencillo tener rosas y ¿Ves qué bellas son?.

Y el árbol desesperado intentaba todo lo que le sugerían y, como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

El silencio interior

El silencio significa:

La capacidad de pensar sin cabeza,
La capacidad de volar sin alas,
La capacidad de caminar sin pies,
La capacidad de observar sin perturbar,
La capacidad de escuchar sin interrumpir,
La capacidad de palpar sin crear incomodidad,
La capacidad de disfrutar la flor sin robarle su aroma
y sobre todo la capacidad de entrar en ti y ver tu realidad.

La verdad solo se puede conocer en absoluto silencio.
No solo el silencio de afuera es necesario, pero también el silencio interior.
Si al cerrar tus ojos tu mente está en silencio la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir.
Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad.

Huellas en la arena

Una noche soñé que caminaba a lo largo de una playa acompañada por Dios.

Durante la caminata muchas escenas de mi vida fueron proyectándose en la pantalla del cielo.

Según iba pasando cada una de esas escenas, notaba que unas huellas se formaban en la arena.

A veces aparecían dos pares de huellas, otras solamente aparecía un par de ellas.

La ratonera

Un ratón, mirando por un hoyo en la pared, ve al granjero y su esposa abriendo un paquete.

Rapidamente pensó en el tipo de comida que podría haver allí. Pero al descubrir que lo que había en el paquete era una ratonera, quedó aterrorizado.

Corrió al patio de la hacienda y gritó, advertiendo a todos: «¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!»

La gallina le dijo: «Discúlpame, Sr. Ratón, veo que eso es un gran problema para usted, pero a mí no me perjudica en nada, no me incomoda en lo más mínimo.»

El ratón fue donde el chancho y le dijo: «¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!» «Discúlpame, Sr. Ratón, dijo el chancho, pero no puedo hacer nada a respecto, tan sólo rezar. Esté tranquilo que me acordadré de usted en mis peticiones.»

Al pasar los años

A los 5 años, aprendí que a los pececitos dorados no les gustaba la gelatina…

A los 9, aprendí que mi maestra sólo me preguntaba cuando yo no sabía la respuesta.

A los 10, aprendí que era posible estar enamorado de cuatro chicas al mismo tiempo.

A los 12, aprendí que, si tenía problemas en la escuela, los tenía más grandes en la casa.

A los 13, aprendí que, cuando mi cuarto quedaba del modo que yo quería, mi madre me mandaba a ordenarlo.

A los 15, aprendí que no debía descargar mis frustraciones en mi hermano, porque mi padre tenía frustraciones mayores… y la mano más pesada.

A los 20, aprendí que los grandes problemas siempre empiezan pequeños.

Recuerdos de la vida

Tengo muchos recuerdos de mi padre y de cómo crecí a su lado en nuestro departamento junto a las vías del tren elevado. Durante veinte años oímos el rugido del convoy cuando pasaba por la ventana de su dormitorio.
De noche, tarde, papá esperaba solo en las vías el tren que lo llevaba a su empleo en la fábrica, donde trabajaba en el turno de medianoche.
Esa noche en particular, esperé con él en la oscuridad para despedirlo. Su rostro estaba triste. Su hijo menor, es decir yo, había sido reclutado. Le tomarían juramento a la mañana siguiente a las seis, mientras él estaba en su máquina de cortar papel en la fábrica.

Amar un ser humano

Amar a un ser humano es atreverte a expresar el cariño espontáneamente a través de tu mirada, de tus gestos y sonrisas; de la caricia firme y delicada, de su abrazo vigoroso, de tus besos, con palabras francas y sencillas; es hacerle saber y sentir cuánto lo valoras por ser quien es, cuánto aprecias sus riquezas interiores, aún aquellas que él mismo desconoce; es ver su potencial latente y colaborar para que florezca la semilla que se encuentra dormida en su interior; es hacerlo sentir que su desarrollo personal te importa honestamente, que cuenta contigo; es permitirle descubrir sus capacidades creativas y alentar su posibilidad de dar todo el fruto que podría; es develar ante sus ojos el tesoro que lleva dentro y cooperar de mutuo acuerdo para hacer de esta vida una experiencia más rica y más llena de sentido.

Ese ángel

Cuenta una antigua leyenda que un niño, próximo a nacer, le dijo a Dios:
-Me vas a enviar mañana a la tierra. Pero ¿cómo viviré allá, siendo tan pequeño, indefenso y débil?

-Entre los muchos ángeles escogí a uno que te espera con amor y felicidad, contestó Dios.

-Pero aquí en el cielo no hago mas que cantar y sonreir, y eso basta para mi felicidad. ¿porqué hacerlo allá?

-Ese angel te cantará y sonreirá todos los dias y te sentirás muy feliz con sus canciones y sonrisas.

-¿Y cómo entenderé cuando me hablen, si no conozco el extraño idioma de los hombres?

Casos extremos

Una historia sobre la defensa de la vida.

¿Qué haría si se encontrara en alguna de estas situaciones?

1.- El padre es asmático, la madre tuberculosa. Tuvieron cuatro hijos, el primero es ciego, el segundo es sordo, el tercero está muerto y el cuarto tiene tuberculosis. La madre está embarazada de nuevo. ¿Recomendarías el aborto en esta situación?

2.- Un hombre blanco viola a una niña negra de 13 años y está embarazada. Si fueras el padre de esta joven, ¿le recomendarías el aborto?

Pintando la Paz

Había una vez un rey que ofreció un premio al artista que pudiese pintar la mejor representación de la paz. Muchos artistas lo intentaron. El rey examinó todos los cuadros, pero sólo dos le gustaron realmente.

En uno aparecía un lago apacible en el que se reflejaban como en un espejo las sosegadas montañas que se elevaban a su alrededor. Encima, un cielo azul, límpido excepto por un par de ligeras nubecillas blancas, coronaba lo que parecía una representación perfecta de la quietud y de la paz.

Hoy Dios te ha llamado

Tal vez no te diste cuenta. No lo escuchaste porque estabas en el computador distraído, mirabas el televisor o estabas concentrado en tu trabajo.

Hoy Dios te ha llamado. Te pide que lo dejes todo por Él, que le des tu vida, que la gastes en algo grande, más grande de lo que puedas imaginar. Quiere que seas Su enviado, su mensajero y le muestres al mundo Su amor de Padre. Lo Misericordioso que es con nosotros.Desea que te conviertas en un faro que guíe a los demás, e ilumines la oscuridad del mundo.

Desde que naciste crece en tu interior una semilla que Él sembró en ti. El amor Divino que te irá inundando el corazón hasta que no haya espacio más que para Dios. Te llenarás de Dios para llevarlo a los demás.

Podrás abrazar al enfermo, al débil, al necesitado, al que está solo. Te acercarás mostrándoles el rostro del Padre. Una sola palabra bastará para llenar sus esperanzas: “Dios”.

El Amor y el Tiempo

Hubo un tiempo en el que en una isla muy pequeña, confundida con el paraíso, habitaban los sentimientos como habitamos hoy en la tierra. En esta isla vivían en armonía el Amor, la Tristeza, y todos los otros sentimientos.

Un día en uno de esos que la naturaleza parece estar de malas, el Amor se despertó aterrorizado sintiendo que su isla estaba siendo inundada.

Pero se olvidó rápido del miedo y cuidó de que todos los sentimientos se salvaran. Todos corrieron y tomaron sus barcos y corrieron, y subieron a una montaña bien alta, donde podrían ver la isla siendo inundada pero sin que corriesen peligro.

Sólo el Amor no se apresuró, el Amor nunca se apresura. Él quería quedarse un poquito más en su isla, pero cuando se estaba casi ahogando el Amor se acordó de que no debía morir. Entonces corrió en dirección a los barcos que partieron y gritó en busca de auxilio.

El alacrán

Un hombre sabio que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el hombre lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El hombre intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.

El árbol de manzanas

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y el le daba sombra. El amaba al árbol y el árbol amaba al niño.

Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y el nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día el muchacho regresó al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste:

-¿Vienes a jugar conmigo?

Pero el muchacho contestó:
-Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quiero son juguetes y necesito dinero para comprarlos.

-Lo siento -dijo el árbol-, pero no tengo dinero... Te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas. De esta manera tú obtendrás el dinero para tus juguetes.

Semillas

Un hombre cogía cada día el autobús para ir al trabajo. Una parada después, una anciana subía al autobús y se sentaba al lado de la ventana. La anciana abría una bolsa y durante todo el trayecto iba tirando algo por la ventana. Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, el hombre le preguntó qué era lo que tiraba por la ventana.

-Son semillas - le dijo la anciana.

-¿Semillas? ¿Semillas de qué?

-De flores. Es que miro fuera y está todo tan vacío... Me gustaría poder viajar viendo flores durante todo el camino. ¿Verdad que sería bonito?

-Pero las semillas caen encima del asfalto, las aplastan los coches, se las comen los pájaros...-repuso él- ¿Cree que sus semillas germinarán al lado del camino?

-Seguro que sí. Aunque muchas se pierdan, alguna acabará en la cuneta y, con el tiempo, brotará.

Un pedazo de cielo

Si muero antes que tú, hazme un favor:

Llora cuánto quieras, pero no te enojes con Dios por haberme llevado.

Si no quieres llorar, no llores.

Si no logras llorar, no te preocupes.

Si quieres reír, ríe.

Si algunos amigos te cuentan algo de mí, óyelos y cree lo que digan.

Si me elogian demasiado, defiéndeme.

Si quieren hacerme un santo, sólo porque he muerto, di que yo tenía algo de santo, pero estaba lejos de ser el santo que pintan.