Para labios atractivos, habla con palabras amables.
Para ojos adorables, busca lo bueno en las personas.
Para una figura esbelta, comparte tu comida con el hambriento.
Para un cabello hermoso, deja que un niño pase sus dedos a través de ellos una vez al día.
Para el porte, camina con el conocimiento de que nunca caminarás sola.
Las personas, aún más que las cosas tienen que ser reafirmadas, renovadas, revitalizadas, reclamadas y redimidas.
Nunca pases por encima de nadie.
Recuerda, si alguna vez necesitas una mano que te ayude la encontrarás al final de tu propio brazo.
A medida que envejeces, descubrirás que tienes dos manos, una para ayudarte, la otra para ayudar a los demás.
La belleza de una mujer no está en las ropas que usa, la figura que ella tiene o la forma que peina su pelo. La belleza de una mujer debe verse en el interior de sus ojos, porque esa es la puerta al corazón, el lugar donde habita el amor.
La belleza de una mujer no esta en su rostro, la verdadera belleza en una mujer esta reflejada en su alma.
El cuidado que amorosamente da, la pasión que ella muestra, y la belleza de una mujer sólo crece con el pasar de los años.
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