Aún en las adversidades

En enero pasado reparamos la cerca del Potrero. (La tierra descansa en el invierno, pero nosotros no).

Sobró un rollo de alambre de púas y lo dejamos en el granero, fijo con una estaca a la pared.

Cuando llegó la primavera una pareja de chileros hizo su nido en el interior de aquel rollo de alambre.

No detuvo a las grises avecillas la dureza y frialdad del metal.

No las asustó lo feroz y erizado de las púas, con briznas de hierba seca y con plumitas formaron ahí su propio mundo, tibio y suave, y en él perpetuaron su pequeña vida.

Yo encuentro una lección: Aun en las adversidades puede la vida continuar; aun en medio de los más grandes sufrimientos, puede florecer el milagro del amor.

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