Hay que correr el riesgo

Reír es arriesgarse a parecer tonto.

Llorar es arriesgarse a parecer sentimental.

Buscar a alguien es correr el riesgo de involucrarse.

Expresar tus propios sentimientos es arriesgarse a ser rechazado.

Mostrar tus sueños a la gente es arriesgarse al ridículo.

E ir hacia adelante contra la suerte es arriesgarse a fracasar.

Pero debe correrse el riesgo...

Porque el mayor peligro en la vida es no arriesgarse nunca a nada.

El que no arriesga nada, no tiene nada, puede evitar el sufrimiento y el dolor, pero no puede aprender, no puede sentir, cambiar, crecer... ni amar.

Encadenado por su seguridad y su certeza, es un esclavo.

Ha pecado contra la libertad...

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